Mi primo Roberto se levanta todos los días a las 5:30 para dar de comer a los terneros de sus tres granjas, y no suele volver a casa antes de la hora de cenar. Esto incluye fines de semana y festivos, por supuesto, porque los animales domesticados tienen la mala costumbre de no saber cuidarse solos. Ahora está pensando en montar una cuarta granja y así poder contratar a un peón que le ayude. Los costes y riesgos serán mayores, pero quizá podrá ganar algo más importante que el dinero: tiempo. ¿Tiempo para empezar a ver Dexter? ¿Tiempo para ir a ver una exposición de fotografía soviética? Seguramente no. Él, que no ha conocido la "fantasía-ilusión de la cultura", es afortunado y puede dedicarse a cazar liebres o enseñar a su hijo las diferencias entre la uva garnacha y tempranillo.
Después de dos días con él, no si siento lástima o envidia. Tendría que desaprender muchas cosas para poder vivir una vida como la suya, pero si el futuro se ennegrece un poquito más, ser ese peón es una alternativa que no hay que descartar.
Para ser un poco más libre.
Después de dos días con él, no si siento lástima o envidia. Tendría que desaprender muchas cosas para poder vivir una vida como la suya, pero si el futuro se ennegrece un poquito más, ser ese peón es una alternativa que no hay que descartar.
Para ser un poco más libre.